El 20 de julio, según un informe del Financial Times de Reino Unido, el presidente estadounidense Trump firmó el proyecto de ley sobre la regulación de monedas estables el 18 de julio, siendo esta la primera legislación sobre monedas estables a nivel federal en los Estados Unidos. Sin embargo, el desarrollo de las monedas estables oculta ciertos riesgos y ha generado preocupación sobre cómo reconfigurará el ecosistema financiero. El flujo de fondos de las monedas estables a través de fronteras es anónimo, lo que dificulta a los organismos reguladores rastrear eficazmente el flujo de fondos y calcular con precisión la escala de los mismos, lo que proporciona una oportunidad para actividades financieras ilegales como el blanqueo de capital, aumentando enormemente la dificultad de la supervisión. En países y regiones con sistemas financieros débiles, la amplia aplicación de las monedas estables inevitablemente tendrá un fuerte impacto en el sistema financiero local. Una vez que surja una crisis con las monedas estables, es fácil que desencadene una crisis de confianza en el mercado, lo que a su vez puede conducir a un riesgo de quiebra bancaria.