En plena noche, salí sigilosamente al balcón y encendí un cigarro. El olor en la habitación era demasiado intenso, no quería molestar a mis familiares que dormían profundamente. Aunque fue una decisión voluntaria, aún me sentía un poco agraviado. Sin embargo, al estar en el balcón mirando el paisaje nocturno de la ciudad, tenía su propio encanto. En ese momento, fumando tranquilamente el cigarro y reflexionando sobre la vida, se convertía en una forma única de disfrutar. Estos pequeños episodios en la vida a menudo se convierten en los recuerdos más preciados.
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En plena noche, salí sigilosamente al balcón y encendí un cigarro. El olor en la habitación era demasiado intenso, no quería molestar a mis familiares que dormían profundamente. Aunque fue una decisión voluntaria, aún me sentía un poco agraviado. Sin embargo, al estar en el balcón mirando el paisaje nocturno de la ciudad, tenía su propio encanto. En ese momento, fumando tranquilamente el cigarro y reflexionando sobre la vida, se convertía en una forma única de disfrutar. Estos pequeños episodios en la vida a menudo se convierten en los recuerdos más preciados.