Cuanto más teme una persona a perder la cara, más le importa la opinión de los demás. Cuanto más le importa la opinión de los demás, más ignora sus propios sentimientos. Cuanto más ignora sus propios sentimientos, más vive como un muñeco, esforzándose por mostrarle a los demás. Al final, poco a poco, encierra su verdadero yo en una profunda oscuridad.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Cuanto más teme una persona a perder la cara, más le importa la opinión de los demás. Cuanto más le importa la opinión de los demás, más ignora sus propios sentimientos. Cuanto más ignora sus propios sentimientos, más vive como un muñeco, esforzándose por mostrarle a los demás. Al final, poco a poco, encierra su verdadero yo en una profunda oscuridad.