Cuando era niño toqué el BMW de la casa del vecino, y el vecino dijo que no lo tocara, que en mi vida podríamos comprar uno.
Desde entonces, comencé a prometerme en silencio que trabajaría duro para comprar un BMW. Después de años de esfuerzo, finalmente entiendo que el vecino tenía razón.
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Cuando era niño toqué el BMW de la casa del vecino, y el vecino dijo que no lo tocara, que en mi vida podríamos comprar uno.
Desde entonces, comencé a prometerme en silencio que trabajaría duro para comprar un BMW. Después de años de esfuerzo, finalmente entiendo que el vecino tenía razón.